Son muchas las anécdotas de Wall Street, desde grandes ganancias hasta grandes pérdidas en la Bolsa de Valores de Nueva York. A continuación te contamos 5 anécdotas históricas.
Cuando Goldman Sachs ganó 100 millones de dólares en un día gracias a un error informático
En 2003, un programa de trading automatizado de la firma Knight Capital Group tuvo un error que causó que se realizaran miles de transacciones erróneas en el mercado de valores en cuestión de minutos. Las acciones fueron compradas y vendidas a precios mucho más altos y bajos de lo que deberían haber sido.
Goldman Sachs, que estaba monitoreando las fluctuaciones del mercado, vio una oportunidad y comenzó a comprar acciones de la empresa afectada a precios muy bajos. Cuando Knight Capital Group finalmente se dio cuenta del error y detuvo la negociación, Goldman Sachs había comprado millones de acciones a precios irrisorios.
Pero lo más sorprendente es que la firma vendió todas las acciones al día siguiente. Así consiguió una ganancia de 100 millones de dólares en un solo día. Este es un ejemplo de cómo Wall Street es un mundo de oportunidades y riesgos, donde incluso los errores informáticos pueden ser una fuente de ganancias si se manejan correctamente.
Wilson en el «Lunes Negro»: Sacando partido de una de las anécdotas más trágicas de Wall Street
El 19 de octubre de 1987, la Bolsa de Valores de Nueva York experimentó su mayor caída en un solo día en la historia, con el índice Dow Jones Industrial Average cayendo un 22.6%. Fue un día de pánico y confusión en el que muchos inversores perdieron grandes sumas de dinero.
Sin embargo, entre todo el caos, hubo una persona que se destacó por su calma y habilidad para tomar decisiones informadas. Robert W. Wilson era un gestor de fondos de cobertura que había estado en el negocio durante décadas y había pasado por otros momentos difíciles en el mercado.
En el momento del colapso, Wilson se encontraba en una reunión de la junta directiva del New York Zoological Society, de la que era miembro. Mientras sus colegas estaban en estado de shock, Wilson decidió actuar. Salió de la reunión, llamó a su broker y comenzó a comprar acciones a precios bajos.
A lo largo del día, Wilson continuó comprando acciones, aprovechando las oportunidades que surgían en medio del caos. Al final del día, había obtenido una ganancia de $5 millones, y su fondo de cobertura se convirtió en uno de los pocos que registró una ganancia ese día.
La habilidad de Wilson para mantener la cabeza fría en un momento de crisis y tomar decisiones informadas se convirtió en una leyenda en Wall Street. Años más tarde, Wilson donaría gran parte de su fortuna a organizaciones benéficas y se retiraría del mundo financiero. Pero su gesto heroico en el «Lunes Negro» siempre será recordado.
Otro oportunista en el «Jueves Negro» de 1929
El 24 de octubre de 1929, la Bolsa de Nueva York experimentó un nuevo colapso dramático que causó una pérdida masiva de riqueza y desencadenó una ola de pánico en todo el país. A medida que las acciones caían en picada, muchos inversores intentaron vender sus acciones antes de que perdieran más valor, lo que a su vez hizo que las acciones cayeran aún más.
En medio de este caos financiero, se dice que hubo un hombre llamado Joe Kennedy (el padre del futuro presidente John F. Kennedy) que supo aprovechar la situación. Según la leyenda, Kennedy se dio cuenta de que el mercado estaba en problemas cuando un botones de hotel le dio consejos sobre qué acciones vender. Impresionado por el conocimiento del botones sobre el mercado de valores, Kennedy se apresuró a vender sus propias acciones, lo que le permitió evitar grandes pérdidas.
La historia de Kennedy es solo una de las muchas anécdotas que rodean el Jueves Negro de 1929, pero refleja el caos y la incertidumbre que prevalecían en Wall Street en aquel momento. La caída del mercado de valores tuvo un impacto duradero en la economía y la sociedad estadounidenses. El Jueves Negro se convirtió en un momento definitorio en la historia de Wall Street y de los mercados financieros en general.
«El error de la palanca de Nikkei»
Otra anécdota interesante sobre Wall Street tiene que ver con un error de trading conocido como «El error de la palanca de Nikkei».
En 2005, un corredor de la firma de corretaje Mizuho Securities en Tokio intentó vender 610.000 acciones de una empresa en la Bolsa de Tokio. Sin embargo, accidentalmente colocó una orden para vender 610.000 acciones a 1 yen cada una, en lugar de vender 1 acción a 610.000 yenes. El trader cometió el error durante la negociación de futuros del índice Nikkei 225. Esto hizo que la empresa perdiera más de 27 mil millones de yenes, lo que en ese momento equivalía a unos 225 millones de dólares.
A pesar de que el error fue corregido rápidamente, la Bolsa de Tokio se negó a cancelar la transacción, argumentando que los otros participantes en el mercado habían actuado de buena fe. Mizuho Securities intentó demandar a la Bolsa de Tokio por los daños, pero finalmente perdió el caso en los tribunales.
Esta anécdota ilustra cómo un pequeño error en una transacción puede tener consecuencias enormes en el mundo de las finanzas, y cómo incluso las empresas más grandes y sofisticadas pueden cometer errores costosos.
La última anécdota de Wall Street: El «Flash Crash» de 2010
Unas de las anécdotas más recientes de Wall Street se produjo en 2010. El 6 de mayo de ese año, el mercado de valores experimentó una caída abrupta en la que el índice Dow Jones perdió más de 1.000 puntos en cuestión de minutos. Aunque el mercado se recuperó rápidamente, el evento dejó a muchos inversores nerviosos y desconfiados.
Después de una investigación, se descubrió que un trader de alta frecuencia había vendido una gran cantidad de contratos de futuros en el mercado de valores en un corto período de tiempo. Esta venta masiva provocó un efecto dominó en el mercado. Otros inversores también comenzaron a vender sus acciones en respuesta a la caída de los precios.
El «Flash Crash» de 2010 destacó la creciente importancia de los algoritmos de trading y el high frequency trading en los mercados financieros. Además, llevó a la SEC a tomar medidas para regular estas prácticas. Esta anécdota demuestra cómo un pequeño cambio en el mercado puede tener un impacto enorme. Y cómo los mercados financieros están en constante evolución y cambio.