Cómo la Fed evitó el colapso económico tras el 11-S

Cómo la rápida actuación de la Fed evitó el colapso financiero
Cómo la rápida actuación de la Fed evitó el colapso financiero

Los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 a las Torres Gemelas dejaron una huella imborrable en el corazón de todos los estadounidenses y ciudadanos del mundo. Se ha escrito mucho sobre la tragedia más importante: la pérdida de casi 3.000 vidas humanas. En este artículo queremos resaltar otro aspecto menos conocido de aquellos días: cómo la rápida actuación de la Fed durante el 11-S evitó la quiebra del sistema financiero.

El objetivo del ataque a las Torres Gemelas era destruir el corazón del sistema financiero estadounidense y centro mundial de los mercados. Y casi lo consigue.

Según varios análisis, el 74% de las víctimas del 11 de septiembre fueron personas relacionadas con la comunidad financiera. La incertidumbre y el caos se apoderó de todo Estados Unidos y los mercados financieros globales.

A continuación, les contamos las acciones que implementó la Fed, con Alan Greenspan al frente, durante el 11 de septiembre y los días posteriores para evitar caer en una crisis económica y financiera sin precedentes.

Los doce informes de la Fed tras el 11-S

Para conocer realmente cuales fueron las acciones que tomó la Reserva Federal, fue necesario leer los 12 informes del año 2001, emitidos por los doce bancos que la conforman. Además de analizar los testimonios del Congreso y los discursos por parte de la junta de los gobernadores.

El Informe Anual de 2001 del Banco de la Reserva Federal de Chicago, expresa muy llamativamente todo lo acontecido durante el 11 de septiembre, enmarcando en él a todos los miembros del equipo de Chicago que brindaron soluciones durante los días de esta contingencia.

Asimismo, el informe de La División de Gobierno y Finanzas del Servicio de Investigación del Congreso de la Biblioteca del Congreso, generó un informe muy bien estructurado, realizado por Gail Makinen, The Economic Effects of 9-11: A Retrospective Assessment.

Estos dos informes explican dinámicamente cada una de las acciones realizadas por las diferentes estructuras de la Fed para evitar el colapso, y como esta acciones ayudaron a establecer viabilidad en la reconstrucción económica.

La mañana del 11 de septiembre

El vicepresidente de la Fed durante el 11-S, Roger W. Ferguson, Jr. se encontraba en su oficina de Washington, DC. Hasta ese momento, Ferguson era el único miembro de la junta que se encontraba cerca de la ciudad.

Ferguson encendió su televisor para estar atento a los mercados. Cuando el segundo avión, el vuelo 175 de United Airlines,  chocó contra la torre sur del World Trade Center a las 9:02 am, supo inmediatamente que el país se encontraba bajo ataque. Y este ataque iba dirigido, ni más ni menos que al corazón financiero del mundo: Manhattan.

Inmediatamente, Feguson declaró en emergencia la Reserva Federal, quien ya había preparado a todo su personal ante un posible ataque al sistema de sus estructuras. El Comité Conjunto Y2K que Ferguson había liderado resultó ser extremadamente positivo para la planificación de emergencia dentro de la Fed.

A las 9:25 de la mañana (ET), la Administración  Federal de Aviación ordenó que todos los aviones aterrizaran lo antes posible. Además, los informes cuentan que, mientras Washington se hallaba indeciso entre evacuar o refugiarse, ya Ferguson se encontraba muy preocupado por el futuro económico del país y el colapso del sistema financiero.

Cuarenta y un minutos después del impacto del segundo avión, el vicepresidente de la Reserva Federal declaró que todo el sistema federal de transferencia de fondos se encontraba “en pleno funcionamiento”, intentando transmitir confianza a los bancos e instituciones miembros de la Reserva Federal.

 

Las acciones de la Fed del 11-S evitaron el colapso económico

Mientras tanto, el ambiente del Banco de la Reserva Federal de Nueva York era entre terrorífico y caótico. De hecho, poco antes que se desplomara la primera torre, las bóvedas del edificio se encontraban selladas, las instalaciones aseguradas y el personal clave se mantenía en plena comunicación con la sede de la Fed de Nueva York en Nueva Jersey, con el objetivo de mantener las operaciones del sistema financiero.

En bajo Manhattan, la gran parte de las instituciones financieras y todos los bancos se vieron en la necesidad de evacuar, destacando la Bolsa de Valores de Nueva York, el Nasdaq, que se cerró por primera vez, y la Bolsa Mercantil de Nueva York.

Fuera de las fronteras de Estados Unidos, los mercados monetarios y de divisas resultaron seriamente afectados por el atentado a las Torres Gemelas. Sin embargo, lograron mantenerse abiertos durante todo el día. En el caso de los intercambios internacionales, se vieron en la obligación de cerrar por precaución, como es el caso de Londres.

En medio de todo el colapso nacional e internacional del sistema económico, la estrategia de la Fed durante el 11-S se tradujo en no detener las operaciones y transacciones financieras. Para la mañana del 12 de septiembre habían ordenado comprar todas las propuestas en venta que había ofrecido el fondo federal.

Con esta acción, la institución se encargaba de verter eficazmente liquidez a la economía, por medio de una tubería gigantesca, generada por el brazo de la Fed que maneja las Operaciones de Mercado Abierto, OMO, mientras el lente del Tesoro se invierte.

Un costo inolvidable

El 11 de septiembre tuvo grandes pérdidas, algunas de ellas irremediables, como lo fueron las vidas humanas. Según las estadísticas, estos ataques terroristas dejaron 43.000 personas sin empleo, llevando a un costo de 2.000 millones de dólares en salarios perdidos.

Además, se generó un gasto de 36.000 millones de dólares en costos de limpieza y 30.000 millones de dólares en pérdida de producto interno bruto de la Ciudad de New York y la reclamación de 40.000 millones de dólares en seguros, además de la vida de miles de soldados que se enfrentaron a dos guerras desde entonces.

Sin embargo, algo sí hay que mencionar, mientras algunos gobernantes se encontraban posando, declarando en medios de comunicación o escondiéndose en bunkers, las acciones tomadas por Roger Ferguson y el resto de la Reserva Federal, evitaron el colapso total de la economía con decisiones acertadas.

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