La innovación empresarial como escalera para salir del hoyo (I)

Innovación empresarial

En tiempos de crisis, la innovación empresarial es una estrategia crítica para sobrevivir. Ejemplos de caídas de símbolos como Kodak o BlackBerry han roto el mantra de que nadie es “demasiado grande para caer”.

Dado que un grupo de jóvenes con conexión a internet e ingenio pueden amenazar a gigantes (véase WhatsApp o Instagram), la innovación en la era digital es un proceso fundamental para toda aquella empresa que desee mantenerse viva.

En tiempos de cambios tecnológicos profundos y turbulencia económica, ¿qué han hecho las grandes compañías para salir del hoyo?

Netflix: Continuar innovando a pesar del fracaso

Sede central de Netflix en Los Gatos, California, donde la innovación empresarial se centra en el streaming

Qwikster, la división de alquiler de DVDs por correo que Netflix (NFLX) lanzó en 2011, fue un fracaso. No sólo les hizo perder miles de suscriptores, sino también una gran parte de su valor en bolsa, con una caída de hasta el 62% en pocos meses.

El mensaje del mercado era claro: se acercaba el fin del alquiler tradicional de DVDs. A diferencia de Blockbuster, Netflix respondió a tiempo y se concentró en el nuevo gran juego: el streaming.

Netflix revolucionó la industria con un modelo de negocio con el que las cinematográficas y cadenas de televisión difícilmente pueden competir. Su innovador enfoque de entretenimiento disparó el valor del gigante: casi un 300% durante 2013, cuando lanzó sus primeras series originales.

Amazon: Salir de la crisis a base de innovación empresarial

Sede central de Amazon en Seattle, Washington. Hasta su diseño puede ser considerado innovación empresarial.

Hubo un tiempo a principios de siglo donde parecía que la venta de libros por internet no tenía ni pies ni cabeza. Entre diciembre de 1999 y septiembre de 2001 el valor de Amazon (AMZN) en bolsa se desplomó hasta un 94%, llegando cerca de los $5.07 por acción.

Sin embargo, Jeff Bezos seguía fiel a su obsesión por el consumidor.

Y su visión a largo plazo dio sus frutos. Durante 2018, las acciones de la compañía superaron los 2.000 dólares. Es decir, un incremento de casi el 40.000% para los accionistas que aguantaron el golpe.

La fórmula: Amazon no solo siguió con la venta de libros por internet, perfeccionando su modelo de ventas, sino que también diversificó su negocio para convertirse en la “tienda de todo”. Y además, se metió de lleno en proyectos como el streaming, la electrónica o los servicios en la nube. Este último, Amazon Web Services (AWS), llegando a ser hoy en día su división más rentable.

Apple: Saber cuando compites en el juego de otro

Apple Campus, sede de Apple en Cupertino, California, representación gráfica de lo que es la innovación empresarial.

En 1997 Apple (AAPL) estaba al borde de la quiebra. Sin embargo, el regreso de Steve Jobs a la compañía en julio de ese año marcaría el inicio de su resurrección. Los intentos de ejecutivos anteriores habían fracasado. No sólo Apple no podía competir con los productos de Microsoft, sino que ninguno de los nuevos Macintosh lanzados al mercado cuajaba.

Sus acciones no habían dejado de caer desde 1995, llegando a perder hasta el 80% de su valor. 

El regreso de Jobs puso las cosas claras: Microsoft y Apple estaban destinados a mercados diferentes. Mientras Microsoft se enfocaba en la simplicidad y accesibilidad, el fuerte de Apple estaba en la sofisticación, en hacer de sus productos un símbolo de estatus. Apple, entonces, decidió dejar el juego que Microsoft tenía ganado desde hace tiempo. Y así llegaron los dispositivos emblemáticos: el iPod, los MacBooks, el iPhone y el iPad.

A partir de ese momento el valor de Apple se disparó: de los poco más de 1 dólar por acción al lanzarse el primer iPod en 2001 hasta los $260 actuales.

Microsoft: El peso de un gigante que apuesta por la innovación empresarial

Sede central de Microsoft en Redmond, Washington

Las caídas abruptas del mercado no son ajenas a Microsoft (MSFT). El 2000, 2006 y 2009 fueron años en los que los inversores vieron caer el valor de sus acciones caer hasta un 12% en un solo día.

Obviamente, las dimensiones de Microsoft y su importancia en nuestra vida diaria hacen difícil pensar en su quiebra total. Imaginen un mundo sin Windows u Office.

El asunto, sin embargo, no es cuestión de tamaño, sino que más bien radica en la búsqueda de nuevas oportunidades a través de la innovación empresarial. Cerca del 13% del presupuesto anual de Microsoft se destina a Investigación y Desarrollo. El machine learning y la inteligencia artificial son centrales en todos los nuevos proyectos de Microsoft, algunos tan apasionantes como el almacenamiento de información digital en la estructura del ADN.

Aunque muchos de estos proyectos no se consoliden, el valor de Microsoft está en el potencial de aquellos que sí lo harán.

Puedes continuar leyendo la segunda parte sobre innovación empresarial aquí.

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